Dos ex-tutelados de Málaga cuentan su experiencia

20 de abril de 2025
¿Y si nadie les acoge? En España hay 17.000 niños, niñas y adolescentes que están bajo el Sistema de Protección. Si nadie les acoge, estarían creciendo en los centros hasta la mayoría de edad. A los 18 años ya son «adultos», por tanto, dejan de estar bajo el Sistema de Protección de Menores. ¿Qué pasa entonces? Dos ex-tutelados de Málaga cuentan su experiencia.
¿Qué pasa cuando cumplen 18 años?
Se les conoce como «menores tutelados» una etiqueta que, en muchas ocasiones, se asocia erróneamente a jóvenes conflictivos. Esto puede darse porque dentro de los «menores tutelados» hay dos opciones: los que están ahí por protección y los chicos y chicas que estarían cumpliendo medidas judiciales tras haber cometido un delito complicado. Aquí hablamos de los chicos y chicas que crecen en un centro POR PROTECCIÓN, es decir, los que no pueden crecer con su familia y hay que garantizarles su propia seguridad.
Como decimos, si estos chicos y chicas no cuentan con una familia que les acoja, crecen en un centro. Allí están bien cuidados pero muchas veces ven la llegada de su mayoría de edad con miedo e incertidumbre. Al dejar de ser menores, su situación cambia y ya no están tutelados por el Estado. ¿Qué pasa entonces?
«Hasta ese momento sus necesidades básicas, -comida, ropa o techo- están cubiertas pero desde ese momento su vida cambia: son responsables de ellos mismos, sin apenas red de apoyo« comentaba Carlos Galiano, trabajador social en Málaga de Crecer Con Futuro en un reportaje de Diario Sur.
Algunos de estos chicos y chicas cuentan con la posibilidad de vivir en un piso específico para esta situación pero no hay plazas para todos. «En los pisos de jóvenes ex-tutelados se les proporciona la vivienda, se les hace un acompañamiento y tienen la posibilidad de continuar con sus estudios» afirma Carlos Galiano. Sin embargo, allí solo pueden estar hasta un máximo de dos años. Tiempo en el que deben ser capaces de encontrar un trabajo y ahorrar dinero para poder vivir de forma independiente.
«Es muy injusto: se les exige independencia y que decidan su futuro a una edad muy temprana» Gema Carrasco, responsable de Crecer Con Futuro.
Dos ex-tutelados de Málaga cuentan su experiencia

Xiomara cuenta cómo fue cumplir los 18 años y pasar a ser ex-tutelada
«Al principio te sientes como que te tiran al vacío. Fue duro. Fue un choque de realidad». Xiomara entró en un centro junto a sus dos hermanos cuando tenía 16 años. Las probabilidades de contar con una familia de acogida se esfumaron y la única opción era la de la familia colaboradora, pero a Xiomara no le llegó.
Xiomara también participa en el reportaje de Diario Sur. Allí cuenta su experiencia al dejar de estar tutelada por haber cumplido los 18 años. «Te explican cómo es pero realmente no se parece en nada a la teoría que te dicen»
«Al principio cuesta porque son muchas cosas que tú no sabes. Tú no sabes cómo pedir una cita en el médico o cómo sacarte una vida laboral. Y es verdad que tenemos a la orientadora que nos ayuda todo lo que puede, pero aunque tengamos ése apoyo, nos vemos solas»
Xiomara tiene «suerte» porque ha podido contar con una de las plazas de pisos tutelados para mayores de edad. No todos los que salen pueden acceder a una, así que «se reservan para se les asigna a los que demuestran interés en seguir con sus estudios o formación o los que se encuentren en situación de búsqueda activa de empleo» explica en este reportaje Ruth Sarabia, Delegada Territorial de Inclusión Social, Juventud, Familias e igualdad en Málaga.
«Tenemos la suerte de que tampoco tenemos que pagar este año el alquiler, agua, luz, comida… Con eso pretenden enseñarnos a ahorrar para poder salir con un colchoncito» Comenta Xiomara sobre el piso en el que podrá estar un máximo de dos años
Aunque ella ya no está en el centro, sus hermanos siguen allí: «Para mí, mis hermanos son mi mundo y yo, desde que tengo uso de razón, he cuidado de ellos. Han sido mi responsabilidad.» Xiomara sabe que ahora mismo están bien pero tiene claro que le gustaría ayudarles: «Una de mis metas es poder demostrar que puedo mantenerlos y llevármelos conmigo. Y yo indicarles un poco el camino tal vez»
Souleymane cuenta cómo vivió el dejar de ser un menor tutelado
«Me dijeron que tenía que irme porque ya había cumplido los 18 años» Souleymane llegó a Málaga desde Mali cuando tenía 14 años. Venía a buscarse un futuro. Entró en un centro de protección y estuvo allí hasta la mayoría de edad
«El cumplir los 18 años no es un ‘regalo’, sino que, realmente, es un salto al vacío» comenta Carlos Galiano y añade algo que parece que mucha gente olvida «La realidad de esos niños es que vienen de unas circunstancias muy difíciles.«
Souleymane fue uno de esos chicos que consiguió una de las plazas en los pisos para ex-tutelados. Sin embargo, «Ya he cumplido los dos años en el piso y, ahora mismo, estoy buscándome un alquiler» cuenta Souley quién, además tiene otro objetivo claro:
«La gente no suele creerme, pero mi objetivo es, después de hacer mi grado superior de rayos X, pues ir a la Universidad a estudiar medicina y especializarme en cirujano de traumatología.»
La historia de Souleymane no deja de ser la de un chaval que llegó solo a un país nuevo con 14 años. Ahora tiene 20 y se le pide que sea capaz de ser independiente, pagarse un piso, trabajar y hasta seguir con sus estudios. Como dice Souleyman «Me veo ahora mismo lejos pero, al mismo tiempo, cerca»

Colaboramos con Crecer con Futuro para encontrar Familias Colaboradoras
¿Qué son las familias colaboradoras? Las familias colaboradoras es como un acogimiento familiar que se da en fines de semana y periodos vacacionales. Es decir, estos chicos y chicas, que viven en un centro, encuentran en las familias colaboradoras un vínculo y un respiro hogareño durante algunos días al mes.
Suele darse en chicos y chicas de edades más cercana a la adolescencia. ¿Por qué? En acogimiento, es muy difícil encontrar familias que quieran y puedan acoger a grupos de hermanos o hermanas o a mayores de 7 años. Según ya van cumpliendo 9, 10 o 12, ya es muy complicado encontrar una familia de acogida. Sin embargo, sí que hay otra opción de darle la oportunidad de convivir en un ambiente familiar a estos chicos y chicas. Se trata de las familias colaboradoras.
Hemos de tener en cuenta, que muchos de estos niños y niñas llevan ya tiempo en el centro y el irse con una familia a vivir podría suponer un cambio muy grande, sin embargo, al ser solo una opción de fines de semana y algunas vacaciones, les parece algo más asequible. Esto da también la posibilidad a aquellas personas que por motivos laborales u otras razones, no puedan acoger pero sí que quieran implicarse. Recordemos, además, que estos chicos y chicas son los que solicitan salir con una familia colaboradora.
Desde Infania colaboramos habitualmente con Crecer Con Futuro de cara apoyar su labor y conseguir familias colaboradoras para los chicos y chicas que lo necesitan.
Por último, aprovechamos esta publicación para dar las gracias a Diario Sur por visibilizar esta realidad. Pocos medios informan sobre qué sucede cuando cumples 18 años y has crecido en un centro por PROTECCIÓN.