¿Cómo son las fiestas para los niños y niñas que están en el sistema de protección?

23 de diciembre de 2022

Nadie debería pasar estas fechas sin estar cerca de sus seres queridos y menos los niños y las niñas. ¿Qué pasa con los menores que están en el sistema de protección? La historia cambia mucho si están en un centro residencial o si pueden convivir estos días con una familia de acogida.  Por eso, y para respetar la intimidad de los niños y niñas con los que trabajamos habitualmente, hemos creado una serie de casos ficticios, que bien podrían ser reales.

Luisa tiene 2 meses. Fue prematura, tiene algunas complicaciones y padece el síndrome de alcoholismo fetal. Estos días estará en el hospital con su familia de acogida

Menores tutelados creciendo en centros de protección

Susana tiene 14 años. Desde los 8 cuidaba a su hermano pequeño. Sus padres tenían problemas con las adicciones. Pasarán estas fechas juntas, sí, pero no en un hogar. Susana, como decíamos, no es real, pero su historia podría serlo. En España hay unos 17.000 niños, niñas y adolescentes que crecen en centros. La historia de hermanas y hermanos mayores que acaban convirtiéndose en «madres» y «padres» de sus hermanos para protegerlos se repite una y otra vez. «Susanas» las hay de 14 años, sí, pero también de 9 o de 7.

Suelen haber tenido una familia de origen que no les cuidaba, que no podía o no sabía cómo hacerlo y se veían protegiendo a sus hermanas y hermanos pequeños. Cuando, finalmente, son separados de su familia para garantizar su propia seguridad, van a pasar a un centro. Allí, están muy bien cuidados por profesionales, pero estos niños y niñas necesitan mucho cariño para sanar sus heridas, necesitan el calor de un hogar. Sin embargo, bastante han tenido ya con ser separados de su familia de origen, si algo quieren, es seguir juntas o juntos.

Juan tiene 9 años, su madre está en el hospital y de su padre no se sabe nada. Pasará estos días en un centro, lejos de su familia
. Juan tampoco existe pero su historia la hemos visto varias veces. Hay muchos Juanes cuyo principal cuidadora/or cae enfermo. Todos podemos pensar que seguro que alguien puede quedarse con el niño. Pero no siempre contamos con esa red de ayuda, no siempre es tan sencillo, no siempre vivimos en la misma ciudad que nuestra familia o personas cercanas. No todas las hospitalizaciones son solo una semana, hay periodos largos, de meses, en los que los «Juanes» deben estar atendidos.

¿Qué pasaría con Juan? Si no tiene a nadie que pueda o quiera cuidarle, pasaría a crecer a un centro. Allí, como decíamos anteriormente, estaría por profesionales que, por supuesto, tienen sus turnos y sus vacaciones. ¿Qué pasaría con Juan en estos días? Que seguiría en el centro. ¿Y no se podría acoger por Navidad? Podría tener una familia colaboradora que compartiera con él vacaciones y periodos no lectivos, como estas fechas.

La calma de contar con una familia de acogida

Fátima tiene 4 años y su hermana Aliza, 7. Solían pasar las noches solas en casa, sin nadie más. Pasarán estos días con una familia de acogida. Nos puede parecer increíble pero sí, hay niños y niñas que como Fátima y Aliza, que han sufrido negligencias en los cuidados dando lugar a enfermedades, desnutrición, falta de higiene básica, absentismo escolar, etc. Fátima y Aliza tampoco son reales pero su historia, de nuevo, es algo que hemos conocido más de una vez. En este caso, estas hermanitas, pasarían estos días con abrazos, cariño y atención personalizada. Estarían bajo la calma que supone crecer en un hogar.

Luisa tiene 2 meses. Fue prematura, tiene algunas complicaciones y padece el síndrome de alcoholismo fetal. Estos días estará en el hospital con su familia de acogida. Aunque nos pueda parecer que esto es algo muy lejano, en España hay otros bebés que están hospitalizados y no cuentan con una familia que les acoja.  Luisa ha tenido la suerte de tener a alguien que sujete su manita y que la coja en brazos a la hora de las visitas, es su familia de acogida.

Está establecido por Ley que, los menores de 6 años que sean declarados en desamparo, vayan directamente con una familia de acogida, evitando así tener que pasar por un centro. Afortunadamente, Luisa podría ser de Málaga, porque aquí, todos los bebés que son declarados en desamparo o dados en adopción, van directamente con una familia de acogida, hasta que puedan volver con su familia de origen o a su nueva familia adoptiva. De hecho, estamos ampliando esta edad y nuestro objetivo es llegar a que todos los menores de 13 años cuenten con una familia de acogida en el preciso momento en el que se separen.

«El mejor regalo de estas Fiestas es poder compartirlas con alguien«

Imagínate, tener 3, 5, 8 u 12 años, que no hubieran podido cuidarte de forma adecuada, que te hubieran separado de tu familia y que pasaras estos días en un centro… Ahora piensa, que eres ese niño o esa niña y que hay una familia que quiere cuidarte, que quiere acogerte. Que te lleva a su casa, te cuida como si fueras su hijo o su hija y se preocupa por ti.

Parece que contar con los cuidados de una familia es algo básico y que es algo que todos los niños y niñas tienen, pero no es así. De hecho, solo tienes que pasarte por nuestras redes para descubrir historias de niños y niñas que no sabían qué era un abrazo, a los que nunca les habían curado una herida, que guardaban los vasos de los yogures como si fueran tesoros y un largo etcétera. Si tú crees que esto no debería ser así, si tú crees que podrías hacer algo, solo da un primer paso, solo infórmate. Recientemente, hemos hecho un llamamiento porque, en Málaga tenemos 73 niños, niñas y adolescentes esperando una familia que quiera acogerles. Ya sabes, es el mejor regalo que puedes hacer en estas Fiestas: SER ALGUIEN CON QUIEN COMPARTIRLAS.